Mary Ann Brown Patten (Chelsea, Massachusetts, 6 de abril de 1837 – Boston, 17 de marzo de 1861) fue una pionera de la navegación y la primera mujer en comandar un barco mercante estadounidense, y no un barco mercante cualquiera, sino un fabuloso y veloz clipper de 216 pies de eslora y 1.617 toneladas; y no en cualquier circunstancia, sino siendo tan sólo una adolescente embarazada de ocho meses y la única mujer a bordo de aquel enorme buque, protagonizando así una de las gestas marítimas más asombrosas y poco conocidas del siglo XIX, digna de una película, como poco.
Nacida en el seno de una familia marinera de Boston, hija de George y Elizabeth Brown, Mary creció rodeada de historias de mar y aventura. A los 16 años, en 1853, con trajo matrimonio con Joshua Adams Patten, un joven capitán de 25 años originario de Maine, quien ya era reconocido como un reputado capitán de navío. Joshua trabajaba transportando carga y pasajeros entre Nueva York y Boston.

Estamos a mediados del siglo XIX, en pleno auge comercial de los clíperes. Estos buques gozaban de gran popularidad porque su extraordinaria velocidad se traducía en grandes beneficios para los inversores. Eran capaces de llegar hasta Hong Kong y de realizar la travesía desde la costa este de Estados Unidos hasta California durante la fiebre del oro, transportando suministros y pasajeros en tiempos récord para la época previa a la llegada de las máquinas de vapor. Si bien resultaban sumamente rentables, también implicaban riesgos considerables.
El «Neptune’s Car» era un coloso de la navegación: un clipper de 1.617 toneladas y 216 pies de eslora. Fue botado el 16 de abril de 1853 en el astillero Page & Allen de Portsmouth, Virginia, por encargo de Foster & Nickerson de Nueva York. En su momento, fue el clipper más grande jamás construido en el estado. Famoso por su velocidad y por batir récords en rutas entre Nueva York, San Francisco y puertos asiáticos durante la fiebre del oro.

En su primer viaje, el «Neptune’s Car» zarpó de Nueva York rumbo a San Francisco el 15 de octubre de 1853 y arribó el 9 de febrero, completando la travesía en 117 días bajo el mando del capitán Forbes. En 1854, navegó de San Francisco a Singapur, y luego de Calcuta a Nueva York en tan solo 109 días. Estos viajes establecieron nuevos récords de velocidad para la época.
Debido a algunos problemas de salud que afectaron seriamente al capitán Forbes, el esposo de Mary, Joshua, fue contratado como nuevo capitán de este moderno clipper. Llevaban apenas un año casados y no quería dejar sola a su esposa, así que obtuvo el permiso para llevar a Mary, de 19 años, y embarazada , a bordo.

No se trataba de una simple navegación: era una auténtica carrera entre clippers con el mismo destino. Entre los competidores se encontraban el «Romance of the Seas» y el «Intrepid», con apuestas entre los seguidores de la carrera y el prestigio de los capitanes y las compañías en juego. El primero en llegar podía recibir un premio de entre 1.000 y 3.000 dólares, y si el capitán lograba completar el viaje en menos de 100 días, su recompensa podía ascender a 5.000 dólares, una suma enorme para la época. Además, el barco transportaba una carga valorada en 300.000 dólares, lo que hacía aún más crítica la responsabilidad del capitán.
Pero no tardaron en surgir los problemas: el primer oficial designado, se fracturó una pierna y no pudo viajar. Estaban en juego mucho dinero y reputación. Había que cumplir con el calendario previsto. Así pues, la compañía designó a Mr. Keeler como nuevo primer oficial. De este modo el viaje dio comienzo el 1 de julio de 1856. Este pronto demostró no ser la persona que más confianza mereciera y mucho menos el más capacitado para ejercer las tareas del primer oficial hasta tal punto que acabo siendo arrestado y encadenado acusado por el capitán de graven negligencias en el desempeño de sus funciones. No se trataban de pequeños descuidos, sino temeridades como quedarse dormido durante su guardia, trazar rutas peligrosas entre arrecifes, negarse a cumplir órdenes y otras faltas de disciplina.

En circunstancias normales, el primer oficial habría asumido el mando. Pero estando Keeler sancionado y confinado por insubordinación y careciendo el señor Hare, segundo piloto, de experiencia alguna en navegación,además de ser analfabeto, Joshua intentó desempeñar ambos roles incluso sintiéndose enfermo ya al inicio del viaje. Navegando a lo largo de la costa este de Sudamérica y, a medida que la embarcación se acercaba al Cabo de Hornos, Joshua enfermó gravemente debido al agotamiento y a una neumonía, lo que agravó su tuberculosis y le provocó una fiebre alta. Cayó en estado de inconsciencia, dejando al barco sin capitán.
Con su marido tan enfermo, Mary, en un avanzado estado de embarazo, se enfrentó a un dilema.
No quería reintegrar a Mr. Keeler a su puesto, en la convicción, con buen juicio, de que si su marido no confiaba en él, ella tampoco debía hacerlo. Así que decidió que resultaba ser la persona más capacitada para hacerse cargo del barco de manera adecuada. Mary Ann, a sus 19 años y embarazada, asumió el mando.
Una semana después Mr. Keeler escribió una carta desde su celda ofreciéndose a capitanear el barco. Afirmaba estar arrepentido y se le había permitido retomar algunas de sus responsabilidades a bordo. Sin embargo, su reincorporación no duraría; Días después, Keller, intentó promover un motín tratando de persuadir al resto de la tripulación de que estarían más seguros atracando en el puerto de Valparaíso, en Chile, abandonando la carrera y la mercancía, en lugar de continuar con una mujer al mando. La tripulación no secundó aquella propuesta.

Sin embargo el capitán Patten había mandado trasladar su catre a una cabina desde la que pudiera vigilar la brújula de la bitácora y pronto descubrió que el piloto seguía navegando hacia Valparaíso, comprobando que Keller había estado dirigiendo secretamente el «Neptune’s Car» fuera de su rumbo, en dirección al puerto chileno. Keeler fue formalmente destituido, el segundo piloto ascendido en su lugar y se dieron instrucciones de que el clíper no debía atracar en ningún otro lugar que no fuera San Francisco.
El New York Daily Tribune poco después, publicó la historia: «…llamó a los otros pilotos y marineros a popa, y les pidió que la apoyaran en aquel momento decisivo. Todos a una resolvieron permanecer a su lado y al del barco, pasara lo que pasara«.
Con Mary al mando, el clíper y su tripulación lucharon contra mares tormentosos, aguanieve, nieve e icebergs para doblar el Cabo de Hornos. A pesar de los peligros, Mary navegó con éxito y el «Neptune’s Car» comenzó entonces su largo viaje hacia el norte, con destino a San Francisco.
Fueron 56 días a lo largo de los cuales la intrépida y valiente Mary no sólo dirigó el barco, sino que también cuidó a su esposo que padecía una neumonía que había empeorado su tuberculosis meníngea no diagnosticada. Ella devoraba todos los libros manuales de medicina de la biblioteca de a bordo, y se instruyó por su cuenta en navegación. Aprendió a utilizar sextantes y brújulasle afeitaba la cabeza a su marido para bajar la fiebre y lo ataba a la litera durante los temporales. En sus propias palabras, pasó más 50 días sin cambiarse de ropa, siempre alerta y al timón, ocultando su miedo y sus preocupaciones mientras se encaraba e imponía a una tripulación desconfiada.

La tripulación, al principio reticente, terminó por respetar y obedecer a Mary, que demostró temple, inteligencia y una autoridad natural. Finalmente, el Neptune’s Car llegó a la bahía de San Francisco tras más de 130 días de travesía, superando a todos sus rivales salvo uno. Para entonces el capitán Patten estaba ciego y parcialmente sordo. La terrible infección se había extendido hasta su cerebro. Mary, rechazando la ayuda de un práctico, condujo personalmente el barco hasta el muelle, ante la sorpresa y admiración de todos los presentes.
Semejante hazaña fue noticia en toda la prensa estadounidense. Se convirtió en una celebridad instantánea: la primera mujer en comandar un clipper mercante estadounidense, habiendo vencido a la adversidad, la enfermedad, el machismo y el mar. «La señora Patten rogó que se la excusara de hablar de sí misma. Dijo que no había hecho más que su deber… Pocas personas imaginarían que la mujer que se comportó con tanta valentía y soportó tanto por el bien de su marido, es una esbelta muchacha de Nueva Inglaterra, de apenas veinte años» , se hacía eco la prensa del país.
«(…) Los rudos marineros obedecían a la «mujercita», como la llamaban, con voluntad, y la miraban con curiosidad y afecto a través de las ventanas de la cabina mientras ella se sumía en los cálculos de los que dependían su vida y la de ellos… Pasaba el tiempo entre la cama de su delirante marido y el escritorio, realizando los intrincados cálculos inherentes a las observaciones náuticas, haciendo anotaciones en el libro de bitácora con su delicada caligrafía y trazando con precisión la posición del barco en las cartas de la cabina.(…)» Extracto del periódico Star of the North, marzo de 1857
El capitán Joshua Patten era masón y, tras la difusión de la noticia de la hazaña de su esposa y su estado de salud, recibieron ayuda del templo Masónico de California. También recibieron ayuda para regresar de vuelta a Boston, invitados a bordo del barco «George Law».

Sin embargo, y a pesar de haber salvado al barco, a su tripulación y su valioso cargamento, Mary nunca recibió el salario de su marido de de la compañía propietaria del barco, Foster and Nickerson.
Mary escribió una carta a la compañía de seguros explicando lo que había sucedido durante el viaje, la cual fue publicada en numerosos periódicos. Como suele ocurrir en las entrevistas periodísticas, muchos de los “hechos” relatados eran incorrectos. Recibió una bonificación de 1.000 dólares por parte de la naviera, pero se negaban a pagar el salario de Joshua. Al conocerse públicamente esta negativa, las airadas protestas hacia la compañía forzaron que accedieran a entregarle ese dinero. Como dama victoriana del siglo XIX, Mary les escribió otra carta pública de sincero agradecimiento, pidiendo que también se reconociera el mérito de los miembros de la tripulación del «Neptune’s Car» que la apoyaron. Un periódico de Boston organizó una colecta para ayudar a la familia con los gastos médicos de Joshua.

Mary dio a luz a su hijo Joshua pero desafortunadamente, la salud de su esposo nunca se recuperó: Joshua murió en julio de 1857, ciego, sordo y completamente incoherente, y sin llegar a saber que había sido padre.
Por su parte, Mary tampoco se recuperó realmente de la experiencia. En 1860, ella también había contraído tuberculosis y el 17 de marzo de 1861, a la temprana edad de 23 año y 11 meses, falleció. Toda su vida había transcurrido, desde su aventura en el mar, en un barrio de Boston. Ambos descansan en el cementerio de Woodlawn, en Everett, Massachusetts.

Su hijo Joshua tampoco tuvo mucha fortuna. Tras haber sido criado por su abuela materna y, ya adulto, vivió brevemente con dos de sus tíos, ganándose la vida como pintor de carruajes. Después se trasladó a la tierra natal de su padre, Rockland, Maine, y trabajó como jornalero, viviendo en el Alms House local, es decir, en un albergue a pobres. Murió ahogado en un accidente en 1900, a los 41 años.
El legado de Mary Ann Brown Patten desafía los roles de género propios de su tiempo y es un ejemplo de coraje, determinación e la inteligencia de una mujer extraordinaria.
Mary Patten no es completamente desconocida. La Academia de la Marina Mercante de los Estados Unidos en Kings Point, Nueva York, inauguró un hospital que bautizó como Patten Hospital en memoria de la “Florence Nightingale del Océano” (Florence Nightingale fue una enfermera, escritora y estadística británica, considerada precursora de la enfermería profesional contemporánea y creadora del primer modelo conceptual de enfermería). Le reconocieron el mérito de haber mantenido con vida a su esposo, el capitán del barco, durante un viaje peligroso. Además, pasó a la historia como la primera mujer estadounidense en capitanear un buque mercante.
Para saber más:
https://www.womenhistoryblog.com/2015/11/mary-ann-brown-patten.html
https://vocal.media/fyi/the-unsinkable-mary-patten
https://www.womenhistoryblog.com/2015/11/mary-ann-brown-patten.html
https://racingnelliebly.com/strange_times/mary-ann-brown-patten-first-woman-ship-commander/

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