«Aquaspace» de Jacques Rougerie. Cuando los cómics se hacen realidad y esta supera la ficción.

Aquaspace, yate experimental diseñado en 1978 y construido en 1982 por el arquitecto francés Jacques Rougerie, quien trabajó con el famoso biólogo marino Jacques Cousteau. De aspecto futurista, Aquaspace tiene una especie de apariencia de manta raya de la era espacial. aparejado con un mástil bípode en forma de A con dos velas de proa enrollables y cuenta con una zona de observación submarina. Sirvió durante un tiempo como centro de estudios de biología marina para científicos que estudiaban delfines y tortugas hasta que Rougerie se vio obligado a venderlo en 1995.

Hace unos días, perdiendo el tiempo mientras navegaba surcando las procelosas aguas de internet mientras buscaba fotos singulares de Vigo, mi ciudad, me topé con una imagen que mostraba un aparato de aspecto irreal amarrado en el puerto de Vigo. A caballo entre un decorado de fantasía, una manta raya metálica, un decorado de «La fura dels Baus» y una grúa para usos específicos en lugares remotos, no tenía ni idea de qué podría ser este curioso artefacto.

Aquaspace, yate experimental diseñado en 1978 y construido en 1982 por el arquitecto francés Jacques Rougerie, quien trabajó con el famoso biólogo marino Jacques Cousteau. De aspecto futurista, Aquaspace tiene una especie de apariencia de manta raya de la era espacial. aparejado con un mástil bípode en forma de A con dos velas de proa enrollables y cuenta con una zona de observación submarina. Sirvió durante un tiempo como centro de estudios de biología marina para científicos que estudiaban delfines y tortugas hasta que Rougerie se vio obligado a venderlo en 1995.
«Aquaspace», yate experimental diseñado en 1978 y construido en 1982 por el arquitecto francés Jacques Rougerie, en el puerto de Vigo (los conocedores del puerto reconocerán el monte de La Guía, al fonde la imagen). En 1985, Jacques Rougerie, su diseñador, cruzó el Atlántico a bordo del Aquaspace, de La Rochelle a Miami. El barco sigue navegando hoy día por las Antillas Holandesas.

A primera vista parecía un diseño de algún tipo de barco destinado a protagonizar alguna serie o película de fantasía o ciencia ficción. El aspecto de de la obra muerta (no tenía ni idea de como podría ser la obra viva) recordaba a las ilustraciones de las portadas de relatos de ciencia ficción y películas de los años 70. De hecho al verlo vino a mi mente de forma inmediata la película del año 1966 «Viaje alucinante» en la que, un submarino y su tripulación son reducidos a tamaño microscópico e inyectados en el torrente sanguíneo de un científico al que necesitan salvar tras un intento de asesinato.

El submarino miniaturizado de «Viaje alucinante» (1966) en el interior del torrente sanguíneo.
Estoy convencido de que el diseño del submarino de la película de 1966 «Viaje alucinante» (Fantastic voyage) tuvo una amplia influencia en el concepto y posterior diseño del «Aquaspace», tan alucinante como el de la película con el aliciente añadido de ser real y proporcionar experiencias realmente de otro planeta, el submarino.

Y resultó, tras una búsqueda intensiva en internet, que el «Aquaspace» resultó ser algo mucho más fascinante, ni más ni menos que un trimarán diseñado en 1979 inspirado por la colaboración del arquitecto Jacques Rougerie con el famoso oceanógrafo Jacques Cousteau, con quien trabajó en proyectos de investigación marina. Concebido como una herramienta de alto rendimiento al servicio de la investigación científica y la cinematografía submarina. construido en aluminio en 1982, fue presentado en el Salón Náutico Internacional de La Rochelle (Salon du Grand Pavois) en septiembre de 1984 .

Dispone de un casco central transparente con enormes ventanales de policarbonato, como si se tratase de un túnel de observación en un oceanario. Está impulsado por dos motores de 285 Cv, aparte de un mástil bípode para navegar a vela. Con 20 metros de eslora y 8 metros de manga está diseñado para transportar de 12 a 18 personas al corazón del océano permitiendo cómodamente la observación continua de la fauna y flora submarinas. El sello distintivo de Rougerie es su aspecto futurista de un mundo feliz. .. El «Aquaspace» Sirvió durante un tiempo como centro de estudios de biología marina para científicos que estudiaban delfines y tortugas hasta que Rougerie se vio obligado a venderlo en 1995. en la actualidad ha opera como barco chárter en las Antillas Holandesas.

Jacques Rougerie

Jacques Rougerie
Durante más de 30 años, Jacques Rougerie ha basado su trabajo en la arquitectura biomimética, bioinspirada, resiliente y sostenible. Con este espíritu, ha construido hábitats y laboratorios submarinos, centros marinos, embarcaciones con casco transparente, museos submarinos, proyectos de aldeas flotantes y una base y aldea lunar.

Rougerie nació en 1945 en una familia poco común: su madre era matemática y su padre biogeógrafo, compañero del legendario explorador Théodore Monod. Pasó parte de su infancia en Costa de Marfil y, tras mudarse definitivamente a Francia a los 19 años, se formó en la École Nationale Supérieure des Beaux-Arts desde 1964. Estudió en el taller de Auguste Perret, dirigido por André Remondet y Paul Maymont. El mar lo atrapó pronto, gracias a figuras como Jacques-Yves Cousteau y los primeros experimentos con hábitats submarinos. En 1970 empezó a formarse también en el Instituto Oceanográfico de París, mientras estudiaba urbanismo y diseño industrial con el gran Jean Prouvé. Se tituló como arquitecto en 1972.

Un arquitecto con alma de océano

Sea Orbiter
El Sea Orbiter concebido por Jacques Rougerie es un laboratorio de investigación capaz de surcar los mares indefinidamente con una tripulación de 22 científicos. La estación ha sido diseñada con la colaboración de expertos como el mismísimo Jean-Michel Cousteau, o el ingeniero mecánico y antiguo director general de la NASA Daniel Goldin. También cuenta con el patrocinio de compañías como National Geographic. El navío es distinto a cualquier barco que hayamos podido ver. De sus 57 metros de altura, 30 se mantendrán por debajo del nivel del agua, y albergarán un complejo laboratorio sumergido con salida directa al océano. El vehículo está diseñado para ser construido en aluminio de grado aeronáutico, y sus motores e instalaciones se alimentarán mediante un sistema triple que extraerá electricidad del viento, el sol y las corrientes marinas. Si la financiación hubiera llegado a buen puerto, la construcción de este navío futurista habría comenzado en la primavera de 2014 y la primera expedición submarina del hubiera sido en 2016. Sería maravilloso que se obtuviera la financiación necesaria para hacer real este sueño.

Rougerie ha dedicado su carrera a una arquitectura inspirada en la naturaleza, lo que él llama “arquitectura biónica”, con un fuerte compromiso con el desarrollo sostenible. Su objetivo: integrar el mar en la vida humana y en la arquitectura del futuro. Entre sus proyectos hay laboratorios submarinos, museos bajo el agua, centros acuáticos, barcos de casco transparente e incluso espacios pensados para vivir bajo el mar. Su propuesta más ambiciosa es el SeaOrbiter, una especie de nave futurista para explorar los fondos marinos que parece sacada de una película de ciencia ficción (a mí, personalmente, me ha llevado a la fortaleza submarinia «Salude» del malvado doctor Inferno, en la mítica serie «Mazinger Z». Me hago mayor.

Galathée (1977) El primer hábitat submarino de Rougerie fue esta nave bulbosa. Gracias a los sacos inflables instalados a los lados del sumergible, este refugio submarino podía colocarse en diferentes posiciones bajo el agua, lo que permitía la observación e investigación de diversas zonas del océano. También inició la tendencia de las prominentes ventanas de observación con forma de ojo que se mantienen presentes en muchas de las creaciones de Rougerie.

Rougerie no solo diseña, sino que también experimenta sus creaciones. Ha vivido en hábitats submarinos, participado en el récord mundial de 70 días bajo el agua en 1992 y colabora con la NASA en programas como NEEMO para entrenar astronautas en entornos submarinos. En 2008 fue elegido miembro de la prestigiosa Académie des Beaux-Arts del Institut de France, y en 2009 recibió la Legión de Honor. También ha trabajado en ideas tan fascinantes como hoteles flotantes y universidades marinas. Merece la pena visitar la web https://www.fondation-jacques-rougerie.com/ y conocer sus fascinantes proyectos.


Para saber más:

https://www.aquaspacebonaire.nl/
https://www.fondation-jacques-rougerie.com/
https://www.seaorbiter.com/
http://www.bubblemania.fr/
https://www.atlasobscura.com/
https://www.theverge.com


Categorías:

Barcos (9) CIS (2) El mar en el cine (6) El mar y los barcos en el arte (12) Historia (14) Krabbe (3) legislación (8) Lugares (2) Meteorología (1) Miscelánea (7) Navegantes (7) Personajes (13) Réplicas (1) Tecnología (7)


Etiquetas:

10 películas clásicas ambientadas en barcos 10 películas clásicas sobre barcos 10 películas clásicas sobre el mar 10 películas clásicas sobre navegación alfabeto Anthony Quinn arte ataques de orcas Atlantic aventura en solitario aventuras aventureros bandera polaca barcos clásicos Brandán Brendan de Clonfert cine cine sobre barcos cine y barcos cine y mar CIS Clark Gable cuadro El mar y los barcos en el arte Errol Flynn Gregory Peck ICS interacciones con orcas Kungsviken legislación Ljungström mujer navegante Navigatio Sancti Brendani Abbatis orcas orcas atacan barcos pabellón polaco Personajes pintura pintura naval pionera Richard Harris San Borondón San Brendán Tim Severin viajes


Deja un comentario