Esta obra fue exhibida en el Salón de París de ese mismo año y fue uno de los regalos de bodas de plata del pueblo noruego al rey Óscar II y la reina Sofía de Nassau, quienes también eran rey y reina de Suecia, ya que ambos países estaban unidos en esa época.
Los elementos Visuales
«Hardt le» (Timón a sotavento) (1882) es una pintura al óleo realizada por Christian Krohg, artista noruego del realismo social y uno de los principales cronistas visuales de la vida marina y obrera en el norte de Europa durante el siglo XIX. Se trata de una pintura de aproximadamente 50 x 60 cm que se encuentra en la Nasjonalgalleriet de Oslo, en Noruega.
A lo largo del verano de 1882 Christian Krohg y su amiga Eilif Peterssen navegaron por la costa noruega y fondearon en Sandøsund, en la isla de Hvasser, donde Krohg encontró una gran inspiración en el entorno y pintó lo que se convertiría en uno de sus motivos más famosos y apreciados: la emocionante escena «Hardt le», con el piloto local Julius Pedersen como modelo.
La obra muestra a un marinero navegando solo en un pequeño barco, en plena maniobra de virar «a sotavento», mientras el viento cambia hacia el otro costado. La composición es especialmente dinámica: el timón, los brazos del marinero y un cabo que sostiene con la mano izquierda crean un marcado zigzag que recorre el centro del lienzo, guiando la mirada del espectador a través de la acción del navegante. La escena transmite movimiento, tensión y concentración, a la vez que refleja el aislamiento del marinero enfrentado al mar.
El cuadro se inscribe en la etapa naturalista de Krohg, muy influida por su estancia en la colonia artística de Skagen, Dinamarca, donde retrató con cercanía las vidas de pescadores y marinos locales. En esta obra, Krohg explora un encuadre recortado y poco convencional, evitando líneas horizontales y verticales (a excepción del horizonte), apreciándose la influencia de la fotografía y de los impresionistas, combinada con el realismo social que caracterizó su obra.

Ningún otro artista ha capturado la dramática vida en el mar como Christian Krohg, aunque, sin duda, dista mucho de ser un pintor marino «común». Lo que le atraía eran, en cambio, las situaciones humanas y las duras experiencias de la vida cotidiana de los pescadores y marineros, a menudo expuestos a la fuerza de la naturaleza y sus peligros. Sus representaciones de hombres con impermeables y sombreros de lluvia se hicieron muy populares y desde entonces han cautivado a sus admiradores, convirtiéndolas en la esencia misma del alma noruega. Krohg recurría con frecuencia a sus motivos más apreciados y los reinventaba en diferentes situaciones y réplicas.
Christian Krohg, activista
Christian Krohg (Noruega 1852–1925) fue uno de los grandes pintores realistas noruegos, además de escritor y periodista, fue además uno de los principales cronistas visuales de la vida marina y obrera en el norte de Europa durante el siglo XIX. Comprometido con la justicia y la libertad de expresión, y pintor de la clase trabajadora en Kristiania del siglo XIX. Artista, y abogado, Krohg abrazó la filosofía del realismo, que promulgaba pintar a personas reales y las condiciones simples en las que vivían. Eso incluía prostitutas, uno de los temas más buscado por Krohg, también en literatura.

Considerada la obra cumbre de Krohg como pintor comprometido con temas sociales, Albertine en la sala de espera del médico de la policía abordó el controvertido tema de la vida sexual, desatando un intenso debate entre sus contemporáneos. La pintura destaca por su formato excepcionalmente grande, con figuras representadas a tamaño real. Actualmente, se encuentra en el Museo Nacional de Arte, Arquitectura y Diseño, antes conocido como Galería Nacional, en Oslo. La obra muestra la sala de espera de un médico de la policía. En el siglo XIX, con el auge del higienismo, las prostitutas debían someterse a exámenes médicos periódicos para controlar las enfermedades venéreas. Albertine, la protagonista, espera su turno para entrar al consultorio. A diferencia de las otras mujeres en la sala, que visten ropas coloridas y a la moda, típicas de las prostitutas de la época, Albertine lleva un traje sencillo, destacando su figura en un entorno cargado de simbolismo social.
En 1886, Krohg publicó su novela «Albertine», la historia de una mujer de clase obrera violada y convertida en prostituta, una novela que la policía no tardó en requisar alegando que ofendía la moral pública. A pesar de la polémica, Krohg defendió su libertad de expresión frente a la censura. A continuación pintó su obra más importante, el gran lienzo «Albertine en la sala de espera del médico de la policía» completaado en 1887 y basado en su novela, llegando incluso a contratar a prostitutas como modelos. Pocas obras de arte noruegas suscitaron un debate tan intenso al poner de relieve una faceta especialmente oscura de la sociedad noruega.

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