Y sí hay un pirata real de cuya brutal y corta carrera como delincuente famoso por su asociación con la Navidad, aunque de manera indirecta, ese no es otro que Edward Low, conocido como Ned Low. Una brutal alimaña sin escrúpulos, un sádico cuya crueldad lo convirtió en uno de los más notorios piratas de la Edad de Oro de la Piratería a principios del siglo XVIII.
Low capturó en junio de 1723 un gran buque mercante virginiano llamado «Merry Christmas» al que convirtió en su buque insignia, dotándolo con hasta 34 cañones. El buque e convirtió en la expresión viva de un oximorón por el contraste entre el nombre festivo del barco y la reputación sanguinaria de su capitán, conocido por las brutales torturas a las que sometía a sus rehenes, como quemarlos o cortarles las orejas y los labios para cocinarlos y dárselos de comer a los propios mutilados antes de ejecutarlos.
A pesar de que Low no se hizo famoso por haber celebrado la Navidad de forma especia, el nombre del barco lo ha unido como un salvaje sarcasmo a la navidad. Otros piratas contemporáneos de Low, como Bartholomew Roberts, conocido como Black Bart, mantenían tradiciones religiosas a bordo, incluyendo celebraciones navideñas. En fin, por fortuna la ironía de asociar «Merry Christmas» con el último barco que vayan a ver tus ojos antes de padecer tortura y muerte a manos de un salvaje sin escrúpulos, es una posibilidad ya remota. Con lo cual podemos celebrar una vez más una feliz navidad en tierra o en el mar con la tranquilidad de saber que de entre todos los monstruos posibles, uno ya no nos pordrá hacer daño y con la esperanza puesta en que los que aún pueden dañarnos pronto desaparecerán. ¡O ese es al menos mi deseo!

Y de nuevo, como cada año por estas fechas y siguiendo la tradición de nuestra festividad cristiana del nacimiento de Jesucristo, celebramos la navidad, incluso quienes carecemos de fe o no practicamos religión alguna, como miembros de un colectivo cultural milenario, sentimos que es una época especia. Es una época de reuniones familiares, de reencuentro, de reflexión interior y de recuerdo de quienes ya no están. Es una época de abrazos, de ternura, de niños que reciben regalos y de consagración de la inocencia infantil. Es una época de magia y de ilusión. Y es una época en la que tradicionalmente, antes de la llegada de las plataformas de contenido bajo demanda, se programaban decenas de películas de aventuras, entre ellas muchos clásicos de películas de piratas.
Todos los tripulantes del «Krabbe» deseamos que el el espíritu de la navidad llene vuestras velas de vientos favorables y que la buena mar os acompañe, siempre lejos de burocracia, piratas, tormentas y escollos!
¡Feliz navidad!

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