Krystyna Chojnowska-Liskiewicz (fotografía PAP/Jan Morek)

Krystyna Chojnowska-Liskiewicz: La primera mujer en navegar alrededor del mundo en solitario

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A finales de la década de los 70 Krystyna Chojnowska-Liskiewicz fue probablemente la mujer más famosa de la Polonia comunista. Fue homenajeada en los medios de comunicación, llevada a desfiles, invitada  a eventos oficiales y enviada a giras de conferencias para mostrar su logro mundial. Eran tiempos de propaganda. Su proeza no era para menos.

Krystyna Chojnowska-Liskiewicz fue una ingeniera naval y marinera polaca nacida el 15 de julio de 1936 en Varsovia, Polonia. En 1945, al término de la segunda guerra mundial, su familia se mudó a Ostróda, una ciudad próxima a una zona de grandes lagos, que se convirtieron en el escenario de sus primeras experiencias de navegación a bordo de un velero. No imaginaba que su amor por la náutica y los veleros la convertiría en la primera mujer en dar la vuelta al mundo en solitario y completar una gesta al alcance de muy pocos.

Enamorada desde su niñez de los barcos, decidió estudiar construcción naval en la Universidad Tecnológica de Gdańsk. Tras graduarse, encontró empleo en el astillero de Gdańsk, como parte del equipo de diseño de barcos. En 1966 obtuvo la licencia de capitán de yate.

Krystyna Chojnowska supervisando la construcción del «Mazurek»

El año 1975 fue declarado el Año Internacional de la Mujer por las Naciones Unidas. Esto llevó a la Asociación de Vela de Polonia a idear una manera curiosa de promover la vela polaca: enviar a una mujer polaca en un viaje solitario alrededor del mundo. Nunca antes una mujer había navegado sola los siete mares, y este sería el primer viaje de su tipo.

Se organizó un concurso y se eligió a Krystyna Chojnowska-Liskiewicz para el afrontar el desafío. Era una marinera con experiencia en la navegación, que incluía, entre otras salidas, una escapada con una tripulación exclusivamente femenina de Polonia a Escocia, y había navegado con un amigo, al Golfo de Botnia en el Mar Báltico.En este último viaje, con tan sólo un compañero de tripulación, le dio una idea de cómo sería navegar en solitario al cubrir las guardias que le correspondína y hacerse cargo de la responsabilidad del barco.

Krystyna fue una verdadera pionera, y los viajes exclusivamente femeninos en los que participó a menudo sorprendían a la gente. Durante su viaje a Escocia, en el pueblo de Skagen, se encontró con un pescador danés que trató de diasuadirla::

«¿Quién quiere navegar en un barco tan pequeño en el Mar del Norte? Y además, son todas mujeres. Vuelvan a casa, es suficiente con que hayan llegado a salvo a Skagen» escribiría más tarde Krystina recordando este viaje..


Aparte de ser una marinera experimentada y decidida, Krystina tenía otra ventaja sobre el resto de las candidatas propuestas: era ingeniera de construcción naval y, como tal, tenía un conocimiento profundo sobre cómo dar servicio a un yate, una habilidad de la que no todos quienes navegan pueden presumir. Además estaba dispuesta a demostrar que una mujer era capaz de navegar sola alrededor del mundo.

Krystyna Chojnowska-Liskiewicz a bordo de su velero Mazurek, cerca de Las Palmas, lslas Canarias, España , 24 de abril de 1978, Foto: Jan Morek / PAP

El «Mazurek», un barco hecho a medida.
Krystina estaba casada con un compañero de estudios de la universidad, Wacław Liskiewicz, quien se convirtió en el diseñador principal en el astillero de yates de Stogi en Gdańsk. Fue él quien diseñó y supervisó la construcción del yate en el que su esposa eventualmente emprendería su gran viaje alrededor del mundo.

«El yate estaba completamente adaptado a mis necesidades. Era como lo quería. [...] Su cubierta era lo más lisa posible porque eso aumentaba la seguridad. Fue construido en seis meses y medía 9,5 metros de eslora y casi 3 metros de manga.».


El barco recibió el nombre de «Mazurek» (mazurca) que es el nombre que recibe un género musical tradicional polaco y fue botado el 21 de diciembre de 1975.

La ruta del viaje se planificó para garantizar la máxima seguridad para la navegante solitaria, evitando condiciones climáticas extremas. Por eso, el yate fue transportado de Gdańsk a Las Palmas, en las Islas Canarias, desde donde comenzaría su viaje. El barco estaba equipado con todo lo que podría necesitar para el largo viaje: provisiones, herramientas, un radioteléfono, mapas, libros de navegación, manuales de los diversos sistemas a bordo, etc. También se le entregó un rifle con el que, llegado el momento, defenderse de piratas y otros posibles malhechores. Afortunadamente, nunca tuvo que usarlo.

Krystyna Chojnowska a bordo del «Mazurek»

El viaje comenzó a las 2:00 p.m. del 10 de marzo de 1976. sin embargo, nada más comenzar, Krystyna se enfrentó a una dificultad inesperada, la primera de muchas por venir. Una avería del piloto automático la obligó a regresar a Las Palmas. Tras resolver el incidente, volvió a zarpar el 28 de marzo. Tardó un mes en llegar a su primer destino, Bridgetown en Barbados.

«Cada día de la semana hacía algo diferente. Los lunes y viernes los dedicaba al mantenimiento de la propulsión, es decir, el mástil, aparejo y velas. [...] Los miércoles trabajaba en el mantenimiento de los electrodomésticos y sistemas eléctricos. [...] Los sábados, como una buena ama de casa, limpiaba el interior del yate. [...] De esa manera, cada día ofrecía alguna atracción adicional, para que no sintiera la soledad tanto».

En Barbados, intentó reparar el motor, que tan sólo entregaba una fracción de su potencia total, pero sin éxito, así que se dirigió a Cristóbal en Panamá dependiendo casi exclusivamente de la navegación a vela. Con mucho esfuerzo, logró llegar al puerto, donde tardó cinco semanas solucionar el problema. Finalmente, cruzó el Canal de Panamá el 12 de julio, y cinco días después, navegó hacia el Océano Pacífico.

Decidió dirigirse directamente a las Islas Marquesas sin detenerse en las más cercanas Islas Galápagos. Podía permitírselo gracias al suministro de agua dulce para dos meses de que disponía a bordo del «Mazurek». Cada pocos días, hablaba con su esposo por radioteléfono, generalmente sobre temas técnicos y marítimos. Pero a veces, sus comunicaciones resultaban demasiado débiles para llegar a la lejana Polonia, y entonces se conectaba con barcos polacos más cercanos con radios más potentes, que actuaban como intermediarios.
«Pronto, todo el océano hasta el horizonte estaba lleno de delfines. Se movían a lo largo de mi curso hacia las Marquesas. Los grandes y medianos se apresuraban hacia adelante, y los jóvenes comenzaron a jugar con el Mazurek. Saltaban junto a los bordes, delante de la proa, en parejas, en grupos de tres y uno por uno.»


El 26 de agosto, llegó a la bahía de Taiohae en las Marquesas. Allí, repuso sus provisiones y quedó encantada con la costumbre polinesia de arrojar coronas de flores detrás de la popa de un barco que parte al mar, una costumbre que se cree asegura un regreso seguro. No pasó mucho tiempo antes de dirigirse a Tahití, que le pareció el lugar más hermoso del mundo. Después de descansar allí durante una semana, se dirigió a Fiji, donde llegó el 25 de octubre donde su barco despertó la sospecha de las autoridades locales, que insistieron en verificar si la polaca no estaba transportando drogas... Naturalmente, las sospechas se disiparon, y para el 10 de diciembre, Krystyna estaba en Sídney, Australia.

Krystyna Chojnowska en un fondeadero durante su recorrido alrededor del mundo

Allí, Krystina celebró la víspera de Navidad visitando la casa de la familia Zdanowski, polacos que había conocido allí. En general, encontró a muchas personas amables y serviciales en los diversos puertos que visitó: lugareños, marineros compañeros y muchos polacos que vivían en el extranjero. Durante su viaje, también atrajo frecuentemente la atención de la prensa, que se sentía atraída por la singular empresa de aquella mujer innovadora. En Sídney, tuvo una conferencia de prensa y se convirtió en tema de algunos programas de televisión, ganando bastante popularidad.

Tras casi un año se reunió con su esposo, que viajó a la ciudad australiana para visitarla y ayudarle con las reparaciones necesarias del yate. La pareja tuvo mucho tiempo para disfrutar de la compañía del otro, ya que la renovación de un generador defectuoso duró tres meses..

Krystyna Chojnowska a bordo de su «Mazurek»

El 21 de mayo de 1977, Krystyna dejó Sídney, se dirigió hacia el norte y pronto se enfrentó a los peligros de navegar por la Gran Barrera de Coral. Tuvo que navegar cuidadosamente entre arrecifes traicioneros, islotes y corales. Por la noche, cuando la falta de luz hacía imposible navegar de manera segura, se detenía en fondeaderos. En una ocasión, casi chocó con otro barco:

«Los vientos alisios trajeron lluvias intensas que velaron todo. Fue en tales condiciones que, después de salir de Cooktown, me encontré proa a proa con otro barco en una pasarela formada por dos islotes. Ambos estaban perfectamente señalizados y mostrados en el mapa. Pero no había notado la presencia del barco, las señales y los islotes, a pesar de que era mediodía»


La intrépida navegante polaca llegó a Portland Roads el 23 de julio. Allí tuvo que ser trasladada en un avión a un hospital debido a los cálculos renales que le provocaban un insoportable dolor. Tras tomarse un tiempo para recuperarse, regresó a Portland Roads solo para descubrir que... !su yate había desaparecido un día antes de su regreso!.

El ancla se había soltado y el barco se había alejado a la deriva adentrándose en el mar. Afortunadamente, se organizó rápidamente una búsqueda y un grupo de marineros locales logró encontrar el «Mazurek» justo cuando estaba a punto de chocar contra algunas rocas. Para alivio de todos, el yate le fue devuelto sano y salvo y pudo, una vez más, continuar su travesía. El 2 de septiembre, llegó a Darwin, donde se avitualló y preparó el barco para la siguiente etapa de su viaje.

Krystyna Chojnowska-Liskiewicz a bordo de su barco «Mazurek» en 1978. Foto: Jan Morek/PAP

Poco después de salir de Darwin, entró en el Océano Índico, que la recibió con vientos débiles y caprichosos. Pero después de hacer una breve parada en Port Louis, Mauricio, las condiciones meteorológicas cambiaron para mejor y, desde entonces, disfrutó de un viaje rápido y fácil. Llegó a Durban, Sudáfrica, el 12 de diciembre.

Pasó la segunda Nochebuena de su viaje en Durban, celebrando una vez más en compañía de una familia polaca residente en la ciudad, la familia Orzechowski. Partió el 3 de enero de 1978 y, cinco días después, experimentó otro mal funcionamiento del piloto automático. Esta vez, no regresó para repararlo; decidió gobernar el barco a mano. Esto requería casi atención constante de su parte, por lo que solo dormía dos horas al día. Agotada por el agotador viaje, fue golpeada por una tormenta al pasar por el Cabo de Agujas:

«La tormenta se movía entre el norte y el suroeste. La velocidad del viento estaba constantemente por encima de los 40 nudos. En promedio, eran 45. Estaba virando una vez al norte y otra al sur. A menudo, tenía que virar más rápido por otros barcos. [...] Las olas los ocultaban hasta la cima de sus mástiles. Lo mismo le pasaba al Mazurek. El océano creció enormemente»


La intrépida navegante polaca resistió la tormenta y el 21 de enero llegó a Ciudad del Cabo. Sin embargo, no tuvo mucho tiempo para descansar. Tenía una competidora: la neozelandesa Naomi James también estaba intentando navegar en solitario alrededor del mundo y estaba progresando rápidamente. Si quería ser la primera, tenía que apresurarse. Su esposo la visitó una vez más y la ayudó con los preparativos para la parte final del viaje.

Con el piloto automático reparado, partió de Ciudad del Cabo el 3 de febrero y navegó sin detenerse durante los siguientes 75 días. En el Océano Atlántico, disfrutó de vientos favorables y buen clima. Finalmente, el 20 de marzo de 1978, en pleno mar, atravesaba la línea de la ruta que había seguido dos años atrás de Las Palmas a Barbados que, completando así un circuito completo alrededor del mundo. Se convirtió oficialmente en la primera mujer en navegar en solitario alrededor de la Tierra. Le tomó dos años lograrlo, durante los cuales recorrió una distancia de 28.,696 millas. Naomi James terminó su viaje solo 39 días después.

Krystyna Chojnowska-Liskiewicz siendo recibida en el puerto de las Palmas a su regreso de la vuelta al mundo, Spain, abril de 1978. Foto: Jan Morek / PAP

La aventurara llegó a Las Palmas el 21 de abril, donde fue recibida por una multitud entusiasta entre quienes se hallaba el embajador de Polonia en España y el gobernador de las Islas Canarias. Más tarde, cuando el «Mazurek» entró en el puerto de Gdańsk, también fue recibido por numerosos seguidores, equipos de televisión y periodistas que llegaron para cubruir la noticia del regreso de Krystina Chojnowska-Liskiewicz a Polonia.

Se le otorgó la Cruz del Comandante de la Orden Polonia Restituta por su logro, una de las más altas condecoraciones del estado, y fue elegida Ciudadana del Año 1978 de Gdańsk. También recibió un automóvil nuevo, un Fiat 131 Mirafiori.

Tras su regreso describió sus aventuras de navegar alrededor del mundo en un libro titulado «Pierwsza Dookoła Świata» (Primera en Navegar alrededor del Mundo), publicado en 1979 por la editorial Wydawnictwo Morskie. Más tarde, encontró empleo en el astillero Radunia.

Krystyna Chojnowska-Liskiewicz a sus 84 año (fot. Andrzej Iwanczuk/REPORTER)

Tras su jubilación vivió con su esposo en Gdańsk, saliendo a navegar a vela y dedicándose a la difusión de la vela, alentando especialmente a las mujeres a participar en el deporte.

En una entrevista para el periódico Gazeta Wyborcza (24 de abril de 2009), dijo:

«No tengo miedo de lo que no conozco, aunque se dice que las personas normales lo sienten de manera contraria. No sabía cómo se navega alrededor del mundo, así que no le tenía miedo. Después de partir, comencé a sentir la verdadera libertad. Así fue: solo hacía lo que quería y, a veces, lo que se suponía que debía hacer. No había limitaciones. En ningún otro lugar y en ningún otro momento me sentí tan libre»


Krystina falleció el 12 de junio de 2021. Sus restos reposan en el ementerio de Srebrzysko en Gdańsk.

Si quieres conocer todos los detalles de su proeza, anécdotas y curiosidades, puedes aquirir el libro de Cedrick Tribett «The Polish Sailor Krystyna and Her Voyage: The life and journey of the first woman to sail around the world in 401 days: Krystyna Chojnowska-Liskiewicz» disponible sólo en inglés en Amazon.

The Polish Sailor Krystyna and Her Voyage: The life and journey of the first woman to sail around the world in 401 days: Krystyna Chojnowska-Liskiewicz

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